«Ninguna culpa se olvida mientras la conciencia lo recuerde».
(Stefan Zweig)
Una noche, después del horario de cierre de su consulta, la joven doctora Jenny Davin (Adèle Haenel) escucha el timbre, pero decide no abrir. Al día siguiente, se entera por la policía del hallazgo de una chica muerta sin identidad no muy lejos de allí. La misma chica que había llamado a su consultorio.
Que nuestra sociedad vive de espaldas a muchos de sus más importantes problemas, es algo tan evidente como el hecho de que lo hace por el mantenimiento de una conciencia falsamente limpia en pos de un bienestar engañoso sustentado sobre la injusticia y la desigualdad. Por fortuna, artistas como los reconocidos cineastas belgas hermanos Dardenne, nos obligan a dejar de mirar de lado durante al menos un par de horas, confrontándonos con parte de esas miserias que nos negamos a reconocer.
En La fille inconnue, drama social con elementos de thriller, los Dardenne alegorizan el estado de culpa que afecta a la sociedad occidental actual a través de un caso concreto y visible: el de la doctora Davin, joven galena que se siente responsable y, hasta cierto punto, culpable de la muerte de una inmigrante africana a la que no abrió las puertas de su consultorio, por cuestiones meramente horarias, un rato antes de que falleciera en circunstancias aún por esclarecer. Ese estado de culpa cercano a la carcoma, la llevará a investigar por su cuenta el trágico hecho, dándose de bruces con una lamentable realidad que ni siquiera intuía pese a convivir con ella.
La trama, que alterna la rutina laboral de la protagonista con la indagación del caso de la chica muerta que lleva a cabo, se desarrolla con el caracteristico ritmo pausado de los autores de La promesa, quienes vuelven a erigir su relato a partir de una puesta en escena sobria y realista en la que prescinden incluso de la música. Largos planos secuencia ejecutados cámara en mano, siguen los movimientos de unos personajes que se desplazan entre encuadres reducidos por la presencia siempre cercana de la cámara.
La profesión del personaje principal, doctora que regenta una consulta médica de barrio en un entorno obrero, sirve a los Dardenne para radiografiar las difíciles condiciones de vida de los que menos tienen: inmigrantes, pensionistas, desempleados, familias desestructuradas, etc.
Sin la intensidad emocional de los mejores trabajos de estos dos cineastas belgas (pienso en Le fils, por ejemplo, quizá su obra cumbre), pero con el mismo estilo comprometido, moral, depurado y naturalista, La chica desconocida es mucho mejor película de lo que se comentó el año pasado cuando fue proyectada en la sección oficial del Festival de Cannes. Interesantísima.
Nota: 7/10
Primero querría agradecerte la labor que haces con este blog. Un regalo para cinéfilos empedernidos.
Para mí los Dardenne son los referentes del cine social junto a Loach. No sé que tienen las películas de estos belgas pero me encantan esos planos largos y austeros que predominan en su filmografía.
Rosetta, L’Enfant, la maravillosa película sobre el compañerismo y el paro en la que se sale Cotillard. Ojalá sigan brindándonos más películas.
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Gracias por tus palabras. Para mí, el mejor cine social actual lo hacen los Dardenne y Farhadi. Loach siempre me ha parecedio algo panfletario.
Un saludo.
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Quizás peque de eso el británico pero creo que alguien de derechas no podría hacer un cine de este tipo. ¿Cuáles son tus películas favoritas de Loach?
Me encanta su último trabajo premiado en Cannes con la Palma de Oro.
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Recién acabo de ver Le fils y me pareció grandiosa. Justo por todo lo que mencionas en este post: cine comprometido, moral, depurado y naturalista. Ahora veo El silencio de Lorna. Me interesa mucho este cine que no usa música. Haneke es otro, por supuesto. O también Malle en su película del unicornio y que no recuerdo si se llama (Dark?) Moon. ¿Qué otra película o cineasta áspero que no utilice música podrías recomendarme?
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